Un buen plan de comunicación y la inclusión de acciones formativas específicas en materia de cumplimiento normativo son esenciales a la hora de implantar una auténtica cultura de cumplimiento. Realmente, todos los cambios organizacionales deben conllevar la realización de un plan de formación específico si realmente se quiere que el cambio sea asumido por todos los miembros de la organización.
En el caso de la implantación de un Sistema de Cumplimiento Normativo, hay que considerar la conveniencia de formar a toda la plantilla de la empresa en ciertos conceptos básicos de la materia de “compliance”. Esto se hace más patente si se quiere hacer partícipes a los trabajadores en la fase de evaluación de los riesgos de incumplimiento, pues ellos serán los que convivan diariamente con las hipótesis de hecho en que esos incumplimientos tienen lugar.
De esta manera, la formación se convierte en un elemento de prevención dentro de la implantación del modelo de prevención de delitos.
Además de la formación genérica, también es conveniente llevar a cabo acciones de formación específicas sobre la normativa aplicable en cada departamento, los riesgos de incumplimiento concurrentes, sus consecuencias y, sobre todo, los mecanismos de control diseñados para evitarlos.
¿Cuándo hay que realizar las acciones formativas?
Además de una primera acción formativa sobre los riesgos inherentes inicialmente detectados en la organización y lo que significa implementar un Sistema de Cumplimiento Normativo, son momentos en los que la organización debe analizar la conveniencia de llevar a cabo acciones formativas, los siguientes:
- Cuando se produce una incorporación de nuevos empleados o directivos y con carácter previo a su incorporación a la nueva función o puesto de trabajo, se debería impartir un curso de formación en materias de cumplimiento normativo adaptado al rol que vayan a desempeñar en la organización.
- En caso de que algún empleado o directivo cambie su función y comience a realizar actividades en otro departamento, deberá valorarse la necesidad de que reciba una formación específica sobre las materias de cumplimiento normativo que tengan impacto en su nueva función.
- Cuando cambien las circunstancias de la organización o su contexto (legislación, organización interna, ámbito geográfico, productos o servicios que se ofrecen, etc.) deberá valorarse la necesidad de impartir una formación específica a los empleados afectados por los cambios.
Formación continua
Finalmente, hay que destacar que nunca está de más llevar a cabo, con la periodicidad y frecuencia que se decida en cada caso, acciones formativas dirigidas a todos los empleados y directivos con el objeto de refrescar la formación recibida en materia de cumplimiento normativo.